No fue un benjamín cualquiera.

Parece que era ayer cuando me terminé de poner las botas, coger el balón, que el delegado de campo amablemente me había ofrecido, y "a por todas".

Los nervios, estaban a flor de piel: quería empezar ya. Todo el tiempo estaba revisando si lo llevaba todo. Al final, todo correcto.

Salí a fuera del vestuario, y parecía que había tres equipos: el local, de blanquinegro, el visitante azulgrana y yo con una camisa PUMA, azul cielo de árbitro de fútbol sala (porque no había de mi talla. Era el más pequeño del comité, y...). Era tan bajito que parecía uno más del equipo.

Llegado al medio campo, saludo protocolario entre los dos equipos y a empezar.

Del partido en sí, no me acuerdo demasiado, aunque si me acuerdo que el equipo visitante, dominaba, hasta marcar cuatro goles... además, me daban tregua ya que se cruzaban de tal manera que no me dejaban ver el fuera de juego correctamente (porque yo era de su estatura y...). Cuatro goles a su favor; protestas del entrenador local por supuestos fueras de juego (ese entrenador, es primo de mi madre); último minuto; yo con ganas de hacerlo bien y de no defraudar a los que me habían confiado para poder mandar en el campo... todo esto, hace que a la primera caída dentro del área que veo del equipo local, me lleve el silbato a la boca y penalti... protestas del entrenador visitante, (¿cómo me vas a protestar en el último minuto, cuando ganas de cuatro a cero?), y gol.

Al final, cuatro a uno. Me acerco al entrenador y le doy explicaciones, diciéndolo un inocente "a mí me lo ha parecido", "no pasa nada, chaval", me contesta dándome la mano...

Llegada al vestuario con satisfacción, y con ganas de seguir.

Yo lo creo que tenía ganas de seguir, no fue un benjamín cualquiera, fue el benjamín de mi debut; para recordar.

Un saludo,